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Zapatos de mujer - historia de una pasión

Zapatos de mujer - historia de una pasión

Para encontrar los primeros vestigios del calzado en la historia nos tenemos que remontar más de 10.000 años atrás, para encontrar las primeras representaciones del calzado. Dada la sencillez de la elaboración, no resulta sorprendente que el primer calzado del que se tiene constancia son unas sandalias egipcias trenzadas con juncos.

Al igual que otras muchas prácticas y costumbres, en el mundo de los zapatos de mujer debemos mucho a la influencia de civilizaciones antiguas. Un buen ejemplo de ello pueden ser las sandalias planas que usaban las mujeres egipcias, eminentemente practicas, eran sandalias que se usaban a modo de protección en terrenos agrestes o sobre la arena ardiente. Estas dejaban el pie prácticamente al descubierto, una característica que supieron aprovechar las mujeres, adornando sus pies con joyas. En la tumba del faraón Tutankamón se encontraron las primeras sandalias adornadas con detalles de oro.

Estas primeras sandalias no solo cumplían la función de proteger los pies. Ya desde estas épocas antiguas, el calzado revelaba detalles sobre la posición social de quien los llevaba, y durante muchos años las sandalias han denotado alternativamente símbolos de prestigio o pobreza, castidad o coquetería. En la Edad Media por ejemplo, los monjes franciscanos usaban sandalias de madera como signo de desapego hacia los lujos terrenales.

Sandalias [El calzado que restituyó el glamour a los pies femeninos]

Hubo que esperar a la década de 1920 para volver a encumbrar las sandalias en los altares de la moda. Esto se consiguió al añadirles tacón, recuperaron así encanto y glamour. Al final de los locos años 20 los dedos recién liberados con las uñas pintadas de rojo brillante, destacaban sobre sandalias de tacón. Diseñadores famosos en aquella época como André Perugia o Salvatore Ferragamo dieron rienda suelta a su imaginación con sandalias de fiesta que marcaron en gran medida las tendencias del zapato de mujer hasta hoy día. Otro de los hitos que debemos a Ferragamo es la invención del tacón con forma de cuña en el año 1936, que posteriormente daria paso a las actuales sandalias plataforma.

Zapatos de tacón [En la cumbre de la moda]

Otro de los momentos que cambiaron los cánones de la moda en el mundo de los zapatos, es sin lugar a dudas el tacón, algo que ha revolucionado el mundo del calzado. Pero no se trata de una revolución moderna ni mucho menos. El uso del calzado con tacón se convierte en habitual desde el siglo XII en muchas de las cortes europeas, y estos primeros zapatos de tacón no eran un calzado exclusivamente pensado para la mujer, ya que fueron los hombres los primeros en usarlos. Luis XIV fue famoso entre otras cuestiones por sus zapatos de tacón.

Otra moda de origen español que revolucionó el mundo del calzado en Europa a finales de la Edad Media fueron los zapatos de plataforma. Todo noble de Venecia y Florencia disponía de al menos un par, de los por entonces famosos chapines de madera forrados de satén o piel. De este tipo de calzado son herederos los tan actuales mulés o babuchas, aunque han sustituido las altas plataformas por otras más moderadas o suelas planas, algo que facilita enormemente el poder caminar con ellos.

Los zapatos de tacón influyeron en las costumbre de vestir durante el renacimiento, transformando la disposición del cuerpo, realzando y dando prestancia a la figura. Durante el Barroco, la marcada preferencia por las curvas, retomó la moda por los zapatos de tacón alto para realzar el busto en las mujeres, así como dar elegancia a la estampa masculina, aunque en ocasiones se abusaba tanto por parte de los caballeros, que tenían que ayudarse del bastón para no caerse (una de las razones por las que se puso de moda el bastón).

Con la llegada de la Revolución Francesa se prohibieron las pelucas y los tacones, dando paso a un periodo en el que todos - hombre y mujeres - usaban zapatos planos. Pero los zapatos de tacón no tardaron en resurgir de la mano de Luis Felipe II. Desde entonces la indumentaria masculina fue tornando hacia un estilo más sobrio y los zapatos de tacón empezaron a verse como un signo de feminidad, por lo que a comienzos del siglo XVIII el tacón alto dejó de ser usado por los hombres para convertirse en patrimonio exclusivo de las mujeres, que empezaron a marcar el paso con tacones que son diseñados para enaltecer los zapatos de mujer.

El siglo XX será el siglo de los zapatos de mujer. Poco a poco las mujeres se van incorporando a la esfera pública debido en parte a que tienen que suplir en el trabajo a los hombres que marchan a las numerosas guerras. Es durante los periodos entreguerras cuando se impone un look práctico: vuelve los zapatos bajos. Tenemos que esperar hasta los años 50 del siglo XX para que los zapatos de tacón vuelvan a resurgir de la mano del diseñador francés Charles Jourdan, que definió los precursores de los actuales zapatos de tacón de aguja: los actuales stilettos. Aunque el nombre de estos zapatos a los que ninguna amante del calzado podemos resistirnos, debe su nombre a Giacomo Pirandelli, barón de Styletto.

Desde entonces los zapatos de tacón y los stilettos han tenido fervientes admiradoras, así como detractoras, para las que en lugar de ser la cumbre de la moda de los zapatos de mujer, son la cumbre del absurdo. Aún así, siempre guardan un par de buenos zapatos de tacón en el fondo de armario, porque cuando se utilizan en ocasiones especiales, como el zapato de cristal de Cenicienta, unos zapatos de tacón pueden obrar milagros y ser una varita mágica para realzar cualquier look.

Ponerse unos zapatos de tacón hace que el cuerpo de la mujer se transforme, las piernas parecen alargarse, el pecho se yergue y las pantorrillas y los tobillos se realzan. No solo eso, los zapatos de mujer transforman nuestra manera de enfrentarnos a cualquier cuestión, marcando el paso en lugar de seguirlo. Porque podemos "llevar" zapatillas, "ponernos" unas sandalias de yute, "calzar" unas bailarinas, pero nos "vestimos" con tacones.

Zapatos bajos [El comodín del calzado femenino]

Aunque todas suspiramos cuando vemos unos stilettos que nos gustan, la realidad es que no siempre podemos estar subidas a unos zapatos de tacón. Por suerte, dentro del universo de los zapatos de mujer, contamos con unos comodines que nos hacen la vida más fácil: los zapatos bajos, el complemento ideal para esas ocasiones en las que necesitamos comodidad por encima de todo.

Dentro de la gran variedad de estilos que existen de zapatos planos, como son los mocasines o loafers, las mulés o babuchas, los slippers... Hay un tipo de calzado bajo que destaca por encima de todos y representa a la perfección la esencia femenina en el calzado sin tacón. Hablamos de las bailarinas, con un estilo muy marcado y fácilmente reconocible.

El origen de las bailarinas es muy fácil de adivinar, ya que como su nombre indica proviene del calzado que se usaban en las obras de ballet clásico. Con algunas diferencias respecto a las bailarinas actuales, este tipo de calzado lo empezaron a usar en las representaciones de ballet a principios del siglo XIX, ¿increíble verdad? Un estilo de zapatos de plena actualidad, que en realidad tiene una antigüedad de 200 años.

Muchas diseñadoras y diseñadores de calzado, especialmente en lo referente a los zapatos de mujer, siempre han encontrado inspiración en el mundo de las artes. Y las bailarinas son un buen ejemplo de ello. Las originales zapatillas de ballet dieron el salto a las calles en la década de 1940, cuando al delicado calzado que usaban en los escenarios se le coloca una suela rígida que las hace mucho más duraderas y practicas para usarlas como calzado de calle. Poco más tarde la tendencia de las bailarinas se popularizó a través del cine de la mano Audrey Hepburn, calzando unas bailarinas cuando protagonizaba la película "Sabrina", motivo por el cual, muchas personas usan el termino sabrinas para referirse a las bailarinas.

Como veis, el universo de los zapatos de mujer ha evolucionado poco a poco a lo largo de la historia y especialmente en las últimas décadas del siglo XX hasta el presente. Muchas tendencias conviven en el vestidor de cualquier mujer, donde podemos encontrar unos zapatos para cada momento.

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